La naranja mecánica, análisis de Críticas Pintescas (Parte I)

Todos conocemos la famosa obra de Stanley Kubrick sobre la ultraviolencia y la pasión desmedida por Ludwig van Beethoven. Eran los años 70, Woodstock había terminado y el movimiento hippie se estaba desvaneciendo como el humo de la marihuana al prenderse. ¿Qué nos queda, si los días de paz y amor se han acabado? Está claro, la rebeldía. Millones de jóvenes se vieron en un mundo post-moderno en que los soldados ya no quieren ir a las guerras, hemos llegado a la Luna y la Guerra Fría está presente, muy presente con una gran H vigilándonos en el cielo.

La llegada del rock duro, el género punk y los actos rebeldes serán la clave de los años 70’. Pero hay un visionario que vio mucho más a todo ello; Anthony Burgess escribió La naranja mecánica en el año 1962, adelantándose bastante a la década siguiente. Se imaginaba un mundo donde los adultos trabajaban por la mañana y por las noches los adolescentes generaban un enorme caos, tanto que ni la policía fuera capaz de mantenerlos a raya. Nadie podría parar a la ira juvenil y tomarían el control de la noche, además del control de los hogares. Nada ni nadie podría parar esto, excepto el gobierno y entonces, se generaría una utopía donde la sociedad estaría controlada gracias a un tratamiento de reinserción social y el miedo.

Hablaremos tanto del libro como de la adaptación al cine por parte de Stanley Kubrick, pasando primero por la obra en papel y viendo como el director cogió el guión pero mandó a paseo las ideas que quería transmitir el escritor para hacer algo distinto. Pero no os entretengo más.

Hoy, en Read it Twice, Críticas Pintescas hablará sobre La naranja mecánica. ¡Comenzamos!

Iniciamos por las similitudes: la trama

Tanto la película como el libro tienen una voz ajena a la trama interpretada por el mismísimo Alex, que nos explica todo lo acontecido. Comenzamos en el Korova, un bar lácteo donde se mezcla la leche con drogas, así que nuestros protagonistas están en una nube en su presentación. Desde la primera página encontraremos un dialecto distinto, con influencias rusas, llamado nadsat, cuyo significado también es adolescente. Nuestros drugos son Georgie, Pete, el Lerdo y Alex. Los dos primeros son unos jóvenes rebeldes, pero los más importantes bajo mi visión son los dos últimos; Alex a pesar de ser el más joven tiene muchísimo carácter y una ira desmedida así que lleva la batuta y Lerdo es una mole de carne, boba y sin inteligencia que machaca sin consciencia ninguna. Esta combinación para mi es perfecta, pero Alex tomará respeto desde su posición marcando la linea de Jefe y Súbditos.

La naranja mecánica. Colaboración con Dani de Críticas Pintescas. Alex, protagonista.
Alex, protagonista de La naranja mecánica | Fuente: La Mente es Maravillosa

En los primeros capítulos de la primera parte veremos caos y destrucción, observando como nuestros drugos actúan por la noche y mostrándonos la ciudad en la que viven y destruyen. Las calles están atestadas de jóvenes como ellos, problemáticos, sedientos de sexo, drogas y alcohol. Los drugos atracan locales en búsqueda de cualquier cosa que les apetezca, sin limite ninguno: tabaco, caramelos, dinero e incluso el cuerpo de una mujer mayor, que Alex llega a plantearse violarla. Veremos escenas que nos marcaran bastante, tal como entrar en una casa después de robar un coche, dar una paliza al hombre (escritor de La naranja mecánica… Curioso) y violar a la mujer.

Se pelean con otras bandas, machacándolos hasta el extremo y la noche termina tomando un poco de leche con drogas para irse a la cama. El edificio donde vive Alex está atestado de jóvenes fornicando, lleno de basura y tan destrozado que el ascensor está roto todos los días. Alex es el rey de la casa, entrando y saliendo cuando le apetece y con la música a todo volumen ya que sus padres se han acostumbrado a las drogas para poder dormir.

Como vemos los adolescentes son los reyes de la destrucción y el caos, seres incansables que se adaptan a cualquier necesidad y que beben y se drogan sin que los efectos perduren demasiado; Burgess supo muy bien como funcionan los seres humanos en esa edad, ya que desde la época griega ya se hablaba de forma negativa de esta estapa de la juventud. Alex no es eximido de sus actos, ya que un hombre de servicios sociales le advierte que una canallada y no vendrá para llevarlo al reformatorio de nuevo, si no directamente a la cárcel. Como buen adolescente, Alex no hace caso, así que ese mismo día se salta las clases y viola a unas niñas de diez años en su casa.

Engaña a sus padres diciendo que trabaja por la noche y así es capaz de mantenerse y ellos le hacen caso, ya que están agotados de tanto trabajar. Algo interesante que Burgess viera que la rebeldía de los jóvenes de forma extrema viene precedida de un abandono en el hogar, ya que no hay ni una figura paterna o materna de respeto. Esa noche sus amigos le confiesan que tienen un plan para la noche: robar algo más gordo que un puesto baratucho de calle. Quieren dar el palo en una casa bien grande y llevarse todo lo posible pero a nuestro protagonista no le hace gracia. Está en juego el mandato de la banda y a través de una pelea a navaja y cadenas, Alex se sobrepone a Georgie y Lerdo, ya que Pete no se mete en una pelea estúpida.

La naranja mecánica. Colaboración con Dani de Críticas Pintescas.
Famosa escena de la violación en La Naranja Mecánica | Fuente: Grupo Obnosis

A pesar de seguir llevando los pantalones, Alex es seducido por el plan y entran en una casa donde una mujer mayor convive con una decena de gatos y su enorme fortuna. Entra por una ventana e intenta robar lo que puede, pero la mujer le pilla y tenemos una escena digna de la comedia donde el ladrón es mordido y arañado por los gatos y la anciana le pega para deshacerse de él. Pero si algo han aprendido los drugos de Alex es ser personas malvadas: avisan a la policía y estos atrapan a su líder.

La policía le da una buena paliza ya que le tenían ganas y el agente de servicios sociales le informa que la vieja ha muerto de un infarto, así que le acusaran de asesinato. En ese momento tiene quince años y va a entrar en la cárcel.

En la segunda parte veremos a un Alex intentando sobrevivir en la cárcel después de dos años encerrado de catorce que le condenaron. La cárcel esta masivamente poblada y las celdas están llenas de presos llegando a dormir en el suelo. Uno nuevo entra en la celda y la toma con Alex y todos le dan una paliza, pero descubren que lo han matado. Al llegar los guardias acusan al más joven que siente rabia e impotencia por sentirse vendido de nuevo. Se lo llevan porque es el peor espécimen del presidio y practicaran con el tratamiento Ludovico, un tratamiento experimental implantado por el nuevo gobierno.

Lo tratan a cuerpo de rey y se siente encantado, ya que sabe que en dos semanas estará fuera y podrá volver a cometer fechorías. No ha aprendido nada en este tiempo en la cárcel, pero aprenderá de golpe en muy poco tiempo. Le inyectan una droga que lo deja medio inconsciente y le ponen durante horas películas ultraviolentas, escena muy famosa por la película de Kubrick. No se explayan demasiado en ese tratamiento y nos lleva al final de este: lo maltratan y le muestran una mujer atractiva para demostrar que su cuerpo rechaza el arte de la música, el sexo y cualquier método de defensa ante cualquier ataque.

Tratamiento Ludovico en La Naranja Mecánica
Tratamiento Ludovico en La Naranja Mecánica | Fuente: 20minutos

Hasta el mismo cura de la iglesia dice que han creado un monstruo ya que carece de capacidad de decidir. Han creado un buen cristiano, alguien que pone la otra mejilla y busca lo mejor para los demás, pero no por su propia voluntad, si no porque se ve obligado a ello y sufre si no hace el bien. Pero eso al gobierno no le importa, Alex ya está reformado.

En la tercera parte lo sacan a la calle y los periódicos informan que el asesino de aquella señora mayor está rehabilitado, pero eso no significa que le vaya a ir bien. Su familia lo rechaza y alquila su cuarto a un hombre que trata a sus padres como si fueran suyos, gente que recibió palizas se la devuelve y tanto el Lerdo como Billyboy, un muchacho cuya cara cortó ahora trabajan de policías, llevándoselo lejos y dejándolo al borde de la muerte.

Se ampara en una casa pero resulta ser la mansión del escritor cuya mujer violó. Este no le reconoce, pues usaron máscaras, y le explica que el gobierno ha cambiado mucho las cosas: los jóvenes más extremos que no estaban en juicios fueron contratados como policías y aquellos condenados serian sometidos al mismo tratamiento que recibió Alex. Lo usaran como propaganda anti-gobierno hasta que se entera que fue el muchacho quien violó a su mujer. Con unos amigos lo encierran en una habitación y le ponen a Beethoven lo más alto posible para que se muera. Alex, sin encontrar una mejor salida, salta por la ventana.

Nos acercamos al final y Alex ha conseguido sobrevivir. Se recupera en el hospital y sus padres le piden que vuelva a casa… pero su respuesta es brusca y dura. Alex parece que se ha reseteado y vuelve a ser el mismo que antes. Las enfermeras y médicos lo pasan por alto ya que el gobierno usará su caso para que en las próximas elecciones vuelvan a ser elegidos. Fingirán ante las cámaras y Alex, sonriendo orgulloso, vuelve a ser el de antes.

Pero ese no es el verdadero final… Kubrick nos engañó a todos.

Aquí tenéis la primera parte del genial texto que Dani de Críticas Pintescas nos envió. La semana que viene tendréis la segunda parte. Podéis seguirle en sus redes sociales: su blog, Instagram y Twitter.


2 respuestas a “La naranja mecánica, análisis de Críticas Pintescas (Parte I)

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